BiteSized Immunology: Disfunciones del Sistema Inmunitario
Enfermedad inflamatoria intestinal
La enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que comprende la Enfermedad de Crohn (EC) y la Colitis Ulcerosa (CU), es una alteración inflamatoria, recurrente-remitente y crónica del tracto digestivo. La EC y la CU varían en la región que afectan, la extensión de la inflamación, la lesión tisular resultante y los síntomas asociados. La CU tiende a mostrar una inflamación superficial continuada que se extiende desde el recto y se limita al colon (intestino grueso), con diarrea sanguinolenta como síntoma mas frecuente. La inflamación asociada a la EC es transmural (afecta a todas las capas del tejido intestinal), irregular (se entremezclan áreas de inflamación con tejido sano no afectado) y se puede presentar en cualquier parte del tracto gastrointestinal y en algunos casos en la piel y articulaciones. Los síntomas de la EC son más variados que en la CU e incluyen diarrea, dolor abdominal y pérdida de peso.
La causa exacta de la EII no es del todo conocida. Parece que hay cuatro factores principales que intervienen en la enfermedad: susceptibilidad genética del huésped, alteración de la regulación de la respuesta inmunitaria, alteración y disfunción de la barrera epitelial intestinal y factores ambientales (Figura 1).
Genetic susceptibility
Genome-wide association studies (GWASs) have identified a number of genetic loci associated with IBD, including genes specific to either CD or UC, and some which are common to both (Figure 2). The risk of developing IBD conferred by variants at each locus is small for all but a few genes (e.g. IL10RA and IL10RB). It may be the case that IBD only occurs when multiple genetic variations associated with the disease are present. Another possibility is that environmental factors are required to trigger the onset of disease in genetically susceptible individuals.
Factores ambientales
Se piensa que factores ambientales como la microflora comensal, infecciones por patógenos y factores metabólicos juegan un papel en el desarrollo y persistencia de la EII. La microbiota intestinal, dominada por bacterias, pero que incluye asimismo virus, hongos y protozoos, es crucial para el desarrollo del sistema inmunitario del huésped, pero también parece ser la diana de la respuesta inflamatoria en el transcurso de la EII. La composición de la microbiota intestinal parece estar alterada durante la enfermedad, aunque no queda claro si esto es la causa o el resultado. El efecto que puedan tener sobre la EII los antibióticos, las infecciones por patógenos y la dieta, podría explicarse por su impacto sobre la microflora comensal.
Respuesta inmunitaria alterada
La EII es una enfermedad mediada por el sistema inmunitario, pero no se considera una patología autoinmune. El intestino contiene una enorme carga antigénica derivada de la dieta y la flora intestinal. De las aproximadamente 1014 bacterias en el intestino, la mayoría son comensales (inocuas), que benefician nuestra salud de muchas maneras, ayudando en la digestión y previniendo la colonización por especies patógenas. El sistema inmunitario intestinal está separado del lúmen por una única capa de células epiteliales y debe iniciar una respuesta apropiada – tolerancia o inmunidad protectora – ante la exposición a cada antígeno. Se cree que la EII aparece cuando se produce una respuesta anómala frente a bacterias comensales. Los resultados experimentales y de GWASs han mostrado distintos mecanismos de alteración del sistema inmunitario, por ejemplo: vías proinflamatorias dirigidas por la IL-23, disminución de mecanismos reguladores de la inmunidad y un defecto en la función de barrera del epitelio intestinal. En la Figura 3 se muestran algunas poblaciones celulares y mediadores clave que podrían intervenir en la inflamación intestinal. El bloqueo de la citocina proinflamatoria TNFα mediante anticuerpos monoclonales, es muy efectivo en la reducción de enfermedad en muchos casos, resaltando el papel crucial de esta molécula en la inflamación intestinal. Los pacientes refractarios a este tratamiento, que sólo se utiliza cuando han fallado otras terapias como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), corticoides e inmunosupresores, no disponen de más alternativas, por lo que deben esperar a nuevos avances en el descubrimiento y desarrollo de estrategias terapéuticas.
Referencia importante
Maloy and Powrie. 2011. Intestinal homeostasis and its breakdown in inflammatory bowel disease. Nature.
Kaser, Zeissig and Blumberg. 2010. Inflammatory Bowel Disease. Annu. Rev. Immunol.
La versión en español ha sido coordinada por Jesús Gil-Pulido, responsable de redes sociales de la Sociedad Española de Inmunología, y ha sido posible gracias a miembros de la Sociedad Española de Inmunología (https://www.inmunologia.org/index.php).
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