Los adyuvantes son moléculas que ayudan a activar el sistema innato a través de los receptores tipo Toll (TLRs) o los receptores que reconocen patógenos (PRR). La cooperación entre estos dos componentes es necesaria para el correcto desarrollo de las respuestas humorales y celulares características del sistema adaptativo.

Monofosforil lípido A (MPL)

El monofosforil lípido A es un componente no tóxico derivado del lipopolisacárido de las paredes celulares bacterianas, que interacciona con el TLR-4 y el TLR-2 induciendo una respuesta mayoritariamente de tipo Th1. Se piensa que el MPL activa macrófagos, lo que resulta en la inducción de las citoquinas IFN-γ e IL-1. Sin embargo, no es un buen potenciador de la respuesta de anticuerpos.

Dinucleótidos CpG no metilados

Los dinucleótidos CpG (o islas CpG) no metilados son reconocidos por el sistema inmunitario, puesto que no aparecen con mucha frecuencia en el ADN de vertebrados o suelen estar metilados. El mecanismo de activación ha sido relacionado en humanos con el TLR-9. La interacción entre ambos resulta en la maduración de células dendríticas, incremento de la expresión de moléculas MHC de clase II para generar células presentadoras de antígeno profesionales, inducción de citoquinas de tipo Th1 y proliferación de células B.

Saponinas

Las saponinas se obtienen de la corteza del árbol chileno, Quillaja saponaria, por lo que a diferencia de otros adyuvantes no se deriva de patógenos. La fracción altamente purificada QS21 es un potente adyuvante para la inducción de respuesta de tipo Th1, incluyendo linfocitos citotóxicos (CTLs). Las saponinas forman poros en las membranas celulares, permitiendo al antígeno ser procesado y presentado por vía endógena, lo que trae consigo su presentación en moléculas MHC de clase I y por lo tanto, la activación de CTLs.

Citocinas

Las citocinas pueden usarse directamente para modificar o redigirir las respuestas inmunitarias. Sin embargo, al tratarse de proteínas, tienen una vida media corta y, por lo general, son muy caras.

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